La magia del cine sin cine
Una historia tierna y hermosamente contada, desde la forma
más lúdica y simple, actores (tres), varios personajes y una linda historia
para contar, como debe ser el teatro.
La historia logra con su particularidad que desde la seguridad
de nuestro asiento uno la viva intensamente de principio a fin. La historia se
mete dentro de uno y busca en la inocencia de los niños y su relación con los
padres, en esa magia del cine y de cómo se transformó alguna vez en nuestro
escape de la realidad, en la injusticia y la impotencia, no dejando a nadie
indiferente, por que finalmente la historia encuentra lo que busca, tocar ese
lugar pequeñito donde se encuentra cocida la emoción. Esto comienza con una
familia de tres integrantes, pero con toda una gama de personajes que los
acompañan en una salitrera de las de principio de siglo, donde la niña, como
dicen en el campo, la cuenta las películas “en colores”, entregando entretención
y fantasía a los cansados mineros y a sus familias. Llega ala punto de
transformarse en una celebridad de salitrera, se convierte en una estrella de
cine, lo que la hace vivir experiencias que nunca imagino en un lugar como ese.
Dejando claro como la fantasía puede ser un salvavidas y una maldición a la
vez.